El segundo día del II Seminario Internacional de Ryszard Kapuscinski, celebrado en la Universidad Miguel Hernández, los alumnos de periodismo contaron con la presencia de Malgorzata Kolankowska, hispanista, periodista y profesora WSF y Jędrzej Morawiecki, reportero y profesor de Periodismo en la Universidad de Wroclaw, los cuales abrieron el debate sobre ‘La impronta de Kapuscinski en el actual periodismo polaco’.
Malgorzata Kolankowska nos ofreció su visión sobre el periodismo polaco actual e intentó situar a Ryszard Kapuscinski en él. Para ello, hizo un recorrido por la vida de numerosos periodistas y escritores que, de una forma u otra, habían o estaban siguiendo la obra de Kapuscinski. Así, Wojciech Jageliski es el único periodista actual que escribe sobre África en Polonia y en numerosas ocasiones ha subrayado que Kapuscinski era su maestro. “No el corresponsal de guerra, sino alguien que ve el mundo de una manera distinta a los demás”; Jacek Hugo-Bader (1957) escribe sobre Rusia y confiesa que era muy difícil acercarse a esos lugares tan oscuros entre los que se encontraban los representantes de la mafia rusa o algunos drogadictos. “Hay que ganarse la confianza de aquel encontramos en nuestro camino. Tengo que mirarlo directamente a los ojos”; Artur Domoslawski trabaja sobre América Latina y es muy fiel a la forma de Kapuscinski.
Éstos y muchos más son los que han seguido la vida y obra de Kapuscinski porque según Kolankowska, éste “siempre está presente. Para todos era un maestro. Todos han sacado algo de su obra”.
Para Kolankowska, Kapuscinski expone su filosofía en el libro El encuentro con el otro. “Es muy importante tratar con seriedad al otro, una persona importante. Es importante el diálogo, la descripción más fiel posible. Encuentro, responsabilidad, diálogo y trabajo sobre el terreno son las claves de su trabajo”.
Por otro lado, en la segunda parte del día, Jędrzej Morawiecki, traducido por Malgorzata Kolankowska, delató su experiencia desde la infancia con la figura de Ryszard Kapuscinski como modelo.
Morawiecki confesó que cuando era pequeño hablaba de Kapuscinski con admiración pero también con miedo de no ser correctos. “Cuando hablábamos de algunas obras de Kapuscinski, sentíamos una suerte de cerradura en la boca pues queríamos ser correctos. Pero también sentíamos miedo de expresar nuestras ideas porque temíamos de que nos acusaran de envidia, frustración”.
Jędrzej Morawiecki empezó a interesarse por Rusia en sus comienzos y se sentía enamorado del trabajo que realizaba Kapuscinski por lo que se basó en sus textos.
Asimismo, el profesor de la Universidad de Wroclaw coincidió con su compañera de mesa, Malgorzata Kolankowska, en que “Kapuscinski siempre estaba presente de alguna manera”.
El mundo de Kapuscinski era un país idealizado pero un mundo real. Para Morawiecki, “un país de puta y de moño”. Ryszard Kapuscinski reside en nuestra mentalidad como un aristócrata en el mundo del reporterismo. Su técnica siempre se basaba en la observación de una persona.
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